jueves, 12 de noviembre de 2015

Da lo mejor de ti.




Da lo mejor de ti, dona sangre.
Porque todos la necesitamos y ni con todo el dinero del mundo puede fabricarse una sola gota de ella.


If you must fight...

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Yo, mí, me, y yo mismo.



Viajo en asientos de esos que forman un grupo de cuatro, en el sentido opuesto al de la marcha. Mi visión principal es la de un hombre de unos treinta y pico que se hurga la boca con un palillo de dientes y de cuando en vez hace gesto de tragar. Una mujer, a la que no alcanzo a ver, habla a gritos; no alcanzo a verla como digo pero sí que pone en mi conocimiento, y en el de todo el pasaje, que tiene hongos en lugares delicados. Un tipo canijo y con gafas se divierte viendo una película a todo volumen en su tableta electrónica, tal vez pensando que los auriculares que repartía el señor de la caja hace unos momentos eran de pago... o simplemente que todo lo que no sea él mismo se la trae floja y pendular.
Cuando ya he asumido que no voy a poder leer tranquilo como esperaba, ni mucho menos dormir, y decido que ya la cosa no puede ir a peor, a la chica que viaja a mi lado parece entrarle el gusanillo, abre impaciente un taperguares del tamaño de Leganés y comienza a comer ruidosamente lonchas de chorizo y mortadela como si no hubiera un mañana por el que preocuparse.
Resignado de lo indolente e insolidaria que es la gente con los demás voy llegando a mi destino. La del "Tápe" se apea y el tío que viaja en el asiendo de enfrente posa sus pinreles sobre el asiento que ha quedado recientemente libre. Yo ya paso de decirle nada a nadie porque la gente no atiende a razones y uno no sabe por donde van a salir, me quedo mirando fijamente los pies que descansan a mi lado y posteriormente miro a su dueño... este en un gesto de autentica verguenza torera carraspea y vuelve a poner los pies en el suelo. 
Llego a destino cansado y sorprendido de que todo esto no me sorprenda. Nadie piensa en nadie más que en sí mismo, "¿por qué no voy a hacerlo? que se jodan todos estos remilgados... ¿qué pasa? tampoco estoy matando a nadie...".
En fin...

Pd: En un vagón viajan los animales, las personas viajan en coches de tren.




Una historia de violencia.


Las penas más duras por rebelión a bordo podían ser dos, "la quilla", por la que se arrojaba por proa al pobre desgraciado para que la quilla del barco le partiera los hueso mientras se ahogaba, y "el tablón", por el que se hacía caminar y saltar al rebelde para dejarlo abandonado a su suerte y que fueran el mar o sus habitantes los que le dieran muerte.

Casualmente esta última semana he oído a dos personas hacer referencia, de forma metafórica, a la practica del tablón...
Yo camino por el tablón con los puños apretados. Dejo atrás un brazo firme que sostiene un sable mientras sonríe, y allá abajo revolotea hambrienta una escuadra de tiburones. Lo que no sabe quien sostiene el sable es que no se lo pondré fácil porque no pienso saltar y lo que no saben los tiburones es que si caigo venderé caro mi pellejo, porque en mi fajín, oculto, duerme presto el más afilado de mis puñales.


dic.2015

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