miércoles, 4 de noviembre de 2015

Yo, mí, me, y yo mismo.



Viajo en asientos de esos que forman un grupo de cuatro, en el sentido opuesto al de la marcha. Mi visión principal es la de un hombre de unos treinta y pico que se hurga la boca con un palillo de dientes y de cuando en vez hace gesto de tragar. Una mujer, a la que no alcanzo a ver, habla a gritos; no alcanzo a verla como digo pero sí que pone en mi conocimiento, y en el de todo el pasaje, que tiene hongos en lugares delicados. Un tipo canijo y con gafas se divierte viendo una película a todo volumen en su tableta electrónica, tal vez pensando que los auriculares que repartía el señor de la caja hace unos momentos eran de pago... o simplemente que todo lo que no sea él mismo se la trae floja y pendular.
Cuando ya he asumido que no voy a poder leer tranquilo como esperaba, ni mucho menos dormir, y decido que ya la cosa no puede ir a peor, a la chica que viaja a mi lado parece entrarle el gusanillo, abre impaciente un taperguares del tamaño de Leganés y comienza a comer ruidosamente lonchas de chorizo y mortadela como si no hubiera un mañana por el que preocuparse.
Resignado de lo indolente e insolidaria que es la gente con los demás voy llegando a mi destino. La del "Tápe" se apea y el tío que viaja en el asiendo de enfrente posa sus pinreles sobre el asiento que ha quedado recientemente libre. Yo ya paso de decirle nada a nadie porque la gente no atiende a razones y uno no sabe por donde van a salir, me quedo mirando fijamente los pies que descansan a mi lado y posteriormente miro a su dueño... este en un gesto de autentica verguenza torera carraspea y vuelve a poner los pies en el suelo. 
Llego a destino cansado y sorprendido de que todo esto no me sorprenda. Nadie piensa en nadie más que en sí mismo, "¿por qué no voy a hacerlo? que se jodan todos estos remilgados... ¿qué pasa? tampoco estoy matando a nadie...".
En fin...

Pd: En un vagón viajan los animales, las personas viajan en coches de tren.




3 comentarios:

  1. Querido Zapas.
    Desde hace algún tiempo (no recuerdo cuándo me vino esta teoría exactamente) mi mente opina del ser humano algo así como que es mediocre. A partir de su mediocridad, se moldea, se trabaja, se da forma... para, libremente, salir de esa categoría humana "mediocre". Pero, de entre la masa, solo unos elegidos han optado por esta forma de vida que, sorprendentemente, es la que llama la atención frente a otros modos de vida.

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  2. Ya tenemos tema para otra noche de verano con copas llenas y mar de fondo.















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  3. Aunque me he reído mucho con tu entrada, todo esto da mucha mucha lastimica....

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