La capacidad de disentir se ve amenazada por la auto-imposición de lo políticamente correcto, nos censuramos a nosotros mismos hasta el punto de creer, en ocasiones, que lo que estamos pensando es incorrecto y que prácticamente debemos avergonzarnos de ello porque nos lo marcan los nuevos dogmas y el neo-puritanismo progresista de la modernidad, propietario de la verdad indiscutible y absoluta.
Ya en el siglo XIII Kant hablaba de hacer uso de nuestra
razón para pensar por nosotros mismos y sacar nuestras propias conclusiones de
la realidad, casi tres siglos después, lo que fue un avance durante la
Ilustración parece verse en retroceso, pues nos alimentamos de ideas
preconcebidas y definidas por otros. Pensamos en bloque y de forma polarizada “…si este dice esto yo tengo que pensar lo
otro…” y así nos va… no hay ideas originales y por originales no quiero
decir “creativas” ni alternativas, me refiero a ideas propias, da igual que
hayan sido planteadas o no por otros antes, pero que sean propias al fin y al
cabo, fruto de la reflexión, de haber pensado más de 5 segundos en algo. Si le
preguntaras a cualquiera qué es la libertad por ejemplo, o la democracia… es
posible que la inmensa mayoría, eso sí, tras soltar una definición torpe e inexacta
hecha de retales, se diera cuenta de que es la primera vez en su vida que se lo
plantea.
Twitter puede ser de las peores cosas que le ha pasado a la
humanidad en la historia reciente y veloz de nuestros días ¿por qué? Porque las
ideas no suelen ser simples y requieren un desarrollo, necesitan de una
explicación al igual que rebatirlas un razonamiento… ¿Cuándo fue la última vez
que leíste un libro para entender algo? Hoy no nos informamos para crearnos una
opinión sólida, "mariposeamos" y nos cansamos pronto de leer aquí y allá, formamos
una opinión leyendo renglones sueltos, frases fuera de contexto y armando un
puzle sacado de distintos medios y herramientas, en muchos casos manipuladas a
nuestro antojo, para respaldar nuestra posición y defender lo que queremos
creer; da igual la verdad si podemos defender nuestra “verdad”. La culpa de
esta forma anárquica e incompleta de informarnos no es más que el resultado de
vivir deprisa, de querer saber de algo antes que los demás pero obviando la
calidad del mensaje, de internet, de la falta de capacidad de atención y
dedicación a algo, de Twitter… de un mensaje en 280 caracteres ¿qué puedes trasmitir
con 280 caracteres? Pues eslóganes, ideas simplonas, insultos y odio… y ahí
tienes la mezcla perfecta para que la mala intención y el analfabetismo
galopante se den la mano y hagan de una idea ,que puede no ser mala en su
concepto, algo despreciable que saca lo peor de cada uno, una lucha absurda por
ver quién es el más ingenioso, el tuerto en un reino de ciegos.