miércoles, 13 de diciembre de 2023

La Eternidad.



(...)

Os dejo un bonito articulo con el que me encontre hoy, que, tal vez sin proponerselo, hace pensar en lo a la aligera que se hacen las cosas en un mundo de usar y tirar.
...para entender y respetar el significado de nuestros actos, de la trascendencia de nuestras elecciones en el transcurso del eterno desequilibrio de equilibrista que supone el vivir bajo palabra. 



Media Veronica. (Articulo de Esperanza Ruiz.La Gaceta 13/12/2023)

Dicen que el maestro Juan Ortega anda llorando en los bancos de las iglesias del Alto Tajo. Las lágrimas delante del tabernáculo son las que más verdad tienen. Somos quienes somos arrodillados ante el Crucificado. Ortega llora y yo le aplaudo desde aquí. El diestro se iba a casar la semana pasada, pero no.
Lejos de las acusaciones de cobardía, del miedo escénico, de la lectura epidérmica de la incomparecencia, lo suyo ha sido un compromiso íntimo con la salvación. El valor no es arrimarte a un toro —a cualquier peligro, a la faena que se tercie—; la hombría es no perder el alma ni arrebatarle al otro, de paso, el derecho a conocer la realidad de la vida que cree que vive.
A Ortega también le aplaude Marta, que es canonista. Durante un tiempo impartió cursillos prematrimoniales. El primer día comenzaba explicando a las parejas que se daría por satisfecha si al final del curso alguna decidía no casarse. Carmen Otte, la ex-prometida del torero, aprobaría de igual modo a Marta, si no estuviera ocupada recogiendo los añicos de su corazón. Carmen, como la media Verónica, estaba cansada de esperar y quiso ver al diestro hacer el paseíllo al altar. Ahora sólo escucha el rumor incesante de la rabia, sólo entiende de humillación y desamor. Pero un día dejará de poner flores en la tumba del pasado.
Curro Romero había regalado a Juan Ortega un capote dedicado y, sin saberlo, el burladero de la «espantá». Bendita sea ésta entre todas las traiciones. El desplante es una bala esquivada, una liberación desgarradora de las fauces de la mentira.
Juan miró dentro de sí y no encontró eternidad en Carmen. Las campanas que debían repicar como locas por el casamiento, tañen a muerto, a víscera inerte, como en un videoclip de Amy Winehouse. Sin embargo, he aquí un hombre bravo, con el peso de todo el amor líquido de nuestros días sobre sus hombros, brindándole a ella la posibilidad de ser amada. En tiempos en los que se aceptan matrimonios como se aceptan cookiesen momentos de sacramentos prostituidos, un hombre solo llora desconsolado en una iglesia del Alto Tajo por todos los mediocres que no saben contemplar con asombro la unicidad de una mujer. Por todas las mujeres que prometieron en vano y ahora viven en una novela de Galdós.
Gustave Thibon, que escribió sobre La crisis moderna del amor, no daría crédito ante la posmoderna. No entendería el desprecio por la excepcionalidad de unir destinos, la fragilidad de la voluntad, el desdén por el honor, la tranquilidad pasmosa con la que consumamos el fraude, la mercancía de supermercado en la que nos convertimos voluntariamente.  
Nos desenvolvemos mejor en el usar y tirar, en la seducción indiscriminada, en la pesca de arrastre, en la espera desquiciada por mensajes no respondidos, hasta que, agotados de buscar nuestra autoestima entre las citas del último mes o en los amores de barra, nos preguntamos si no querríamos ser mirados con exclusividad, contemplados en nuestra esencia y entregando lo que nadie más puede tener. Si, a cambio, no queremos que nos devuelvan la verdad de nuestra propia vida. Cuando alguien nos engaña decide, de forma unilateral, usurparnos la realidad de lo que vivimos y, además, se convierte en un extraño que alguna vez creímos conocer.
Un día, cualquier día, Carmen entenderá que el milagro es quedarse. Lo hará cuando encuentre a quien se arrodille sobre la madera desvencijada del reclinatorio de una iglesia de pueblo para dar gracias por su existencia.

miércoles, 22 de junio de 2022

Je suis chrétien.





Lo siento pero yo no fuí Charlie... y eso no quiere decir que no lo lamentara.
Voy a hacer demagogia pero me da igual. Resulta que asesinan a 6 personas en París, que estaban amenazados de muerte por insistir en un mismo asunto (lo cual no justifica lo que pasó, por supuesto) y el mundo se pone en pié para lamentarse, darse golpes en el pecho y llamar a la unidad y la libertad de expresión, pero asesinan a 154 personas en una universidad en Kenia por ser cristianos y estar estudiando para intentar darle a su país y sus familias un futuro y... sorpresa! no llena el telediario de 10 días, no hay homenajes, ni famoséo haciendo el idiota por ahí. porque total, ha pasado en África a 4 negros... No?...

Cuando pasó lo de París hablaba con un amigo y llegábamos a la conclusión de que la libertad de expresión no significa decir o hacer lo que te salga de la chistera, es tener la libertad de poder hacer lo que se tiene que hacer cuando es necesario y , a veces, no hace falta hacer algo para demostrar que se tiene la libertad o el derecho de hacerlo.

Así que "YO SOY CRISTIANO" y me importa poco que no sea "cool", que pueda ser blanco de las suspicacias de cualquier listíllo o de aquellos que ridiculizan todo lo que no sea su "verdad", pero la verdad es que me siento más cerca de quien no compró boletos para la rifa de balas, de quien lamentó todo por igual de injusto sin hacer distinciones, de quien busca las cosas buenas y en ellas a Dios. Esto no es contradictorio con el rechazo a la barbarie de esta chusma.

Hace unos días una chica nigeriana ha sido lapidada por blasfema, por ser cristiana, nadie ha condenado el hecho, nadie ha dicho nada, porque los cristianos debemos estar para eso, para ser pisoteados como lo han sido en tantas partes del mundo dónde la cruz es un símbolo prohibido y perseguido, como lo fueron los armenios y recientemente iraquíes, sirios y afganos, masacrados u obligados a la conversión y pago de impuestos religiosos.

Hace dos semanas la comisión europea rechazó con 244 votos en contra y 231 a favor el crear la figura del coordinador en la lucha contra la cristianofobia, sí existiendo una para el antisemitismo y otra para la islamofobia. Los europeos vamos a terminar convirtiendonos en una caricatura de nosotros mismos, aparte de en un barrio de otro continente. No puede haber un proyecto comun si se ignoran nuestras raices y nuestra historia y eso no significa imponer nada a nadie que venga a buscarse la vida de forma honrada sino no dejarnos imponer nada por nadie que quiera hacer de esto lo que no es.

Al final solo nuestra comunidad, el conocimiento de nuestra historia y el retorno a lo que somos podràn salvarnos de la postmodernidad y la imposición.



domingo, 7 de marzo de 2021

No-Pensar

 


La capacidad de disentir se ve amenazada por la auto-imposición de lo políticamente correcto, nos censuramos a nosotros mismos hasta el punto de creer, en ocasiones, que lo que estamos pensando es incorrecto y que prácticamente debemos avergonzarnos de ello porque nos lo marcan los nuevos dogmas y el neo-puritanismo progresista de la modernidad, propietario de la verdad indiscutible y absoluta.

Ya en el siglo XIII Kant hablaba de hacer uso de nuestra razón para pensar por nosotros mismos y sacar nuestras propias conclusiones de la realidad, casi tres siglos después, lo que fue un avance durante la Ilustración parece verse en retroceso, pues nos alimentamos de ideas preconcebidas y definidas por otros. Pensamos en bloque y de forma polarizada “…si este dice esto yo tengo que pensar lo otro…” y así nos va… no hay ideas originales y por originales no quiero decir “creativas” ni alternativas, me refiero a ideas propias, da igual que hayan sido planteadas o no por otros antes, pero que sean propias al fin y al cabo, fruto de la reflexión, de haber pensado más de 5 segundos en algo. Si le preguntaras a cualquiera qué es la libertad por ejemplo, o la democracia… es posible que la inmensa mayoría, eso sí, tras soltar una definición torpe e inexacta hecha de retales, se diera cuenta de que es la primera vez en su vida que se lo plantea.

Twitter puede ser de las peores cosas que le ha pasado a la humanidad en la historia reciente y veloz de nuestros días ¿por qué? Porque las ideas no suelen ser simples y requieren un desarrollo, necesitan de una explicación al igual que rebatirlas un razonamiento… ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro para entender algo? Hoy no nos informamos para crearnos una opinión sólida, "mariposeamos" y nos cansamos pronto de leer aquí y allá, formamos una opinión leyendo renglones sueltos, frases fuera de contexto y armando un puzle sacado de distintos medios y herramientas, en muchos casos manipuladas a nuestro antojo, para respaldar nuestra posición y defender lo que queremos creer; da igual la verdad si podemos defender nuestra “verdad”. La culpa de esta forma anárquica e incompleta de informarnos no es más que el resultado de vivir deprisa, de querer saber de algo antes que los demás pero obviando la calidad del mensaje, de internet, de la falta de capacidad de atención y dedicación a algo, de Twitter… de un mensaje en 280 caracteres ¿qué puedes trasmitir con 280 caracteres? Pues eslóganes, ideas simplonas, insultos y odio… y ahí tienes la mezcla perfecta para que la mala intención y el analfabetismo galopante se den la mano y hagan de una idea ,que puede no ser mala en su concepto, algo despreciable que saca lo peor de cada uno, una lucha absurda por ver quién es el más ingenioso, el tuerto en un reino de ciegos.


Estandartes al viento




A pesar de ser cosas que nunca quise llegar a ser, a pesar de que casi he dejado de tener certezas absolutas y perdido la confianza infantil que tenía en los demás… a pesar de todo sigo empeñado en defender causas perdidas.

Siempre he creído en el sentido de la comunidad frente al individuo dentro del respeto a la libertad individual, en el grupo frente al consumo como respuesta al vacío existencial; pero es difícil pelear cuando los demás han dado su brazo por torcido y apenas queda ya una Roma que merezca la pena defender.
Entre los siglos cuarto y quinto se desmoronó el imperio, el enemigo no vino de fuera, no fueron las temidas hordas bárbaras las que arrasaron los caminos, fue la desidia y la decadencia de un pueblo acomodado, que descuidó sus deberes, sus creencias, su espíritu y fronteras dejándolo todo en manos de la inoperante complacencia. El ciudadano romano era dado a los placeres mundanos y al ocio, idolatraba el culto al cuerpo, el cuidado del entorno, la alimentación sana… incluso se puso de moda, entre las clases pudientes el  viajar… Solo era cuestión de tiempo que quien siempre acecha y solo buscaba sobrevivir se aferrara a esta curiosa similitud con el presente y la utilizara como caballo de Troya para derrotar al enemigo en su propio terreno; barbaros asaltando las fronteras de la civilización para su propio disfrute.

La rueda de los tiempos vuelve a girar y nosotros sumidos en la memoria selectiva y el desconocimiento de nuestra propia historia nos aproximamos al precipicio cabalgando a galope. No se premia el esfuerzo, está casi mal visto porque deja en evidencia la mediocridad y el conformismo de las mayorías, el sacrificio está desterrado de nuestro concepto de vida útil, porque hemos venido al mundo a “ser felices” (asumiendo por felicidad la erronea idea de posesión debienes materiales y cumplimiento ilimitado e inmediato de todos nuestros deseos); se ensalza al vago y a aquel que presume de su propia carencia cultural, se idolatra a gente sin recursos intelectuales, se les pone en un pedestal sustentado por excentricidades dinerarias que de poco o nada sirven más allá de controlar al ganado ovino en el que nos estamos convirtiendo. ¿Quién gana con todo esto? Lógicamente quienes ostentan poderes estamentales a cualquier nivel, conviene gente fácil de convencer y engañar, gente que no sepa a penas hablar de forma correcta (pensamos como hablamos, no lo olvidemos) y, mejor aun, gente que se piense formada hasta el punto de creer que una carrera universitaria te da cierto estatus intelectual, nada más fácil de manipular que una masa de gente que se cree lista, formada y preparada… caldo de cultivo para que aniden las más excéntricas y absurdas creencias de nuestro tiempo.

 ¿Quieres llamarlo pesimismo? llámalo, hace tiempo que todo concepto está tergiversado o prostituido… pero tened por seguro que entre los cascotes y las cenizas de una realidad destrozada permanecen en alto las picas de un tercio maldito e indómito, de un tercio que en los confines del pensamiento dominante defiende la “verdad” que tratan de enterrar, que engañada no engaña; y que se resiste a ser doblegada. Puede que todo esto no tenga sentido… o tal vez sí, el tiempo dirá, pero aunque llegue a ser mi pica la única en pie, y aunque a nadie más le importe, aquí no habrá  rendición.

Namaste

 



Cuando llegué a la India llevaba tiempo sin poder dormir y quizás no es la India, al menos Bombay, el lugar idóneo para conciliar el sueño…

No conozco la India, y me remito a lo que en su día dije de Japón.

Bombay es gris y opresiva, es como estar en el estómago de un monstruo que devora la historia de aquellos que osan enfrentarse a él dando forma en su interior a una amalgama de realidad húmeda y estática que te ralentiza y atrapa con una sensación viscosa de estar sumido en un sueño del que no puedes despertar.

 (…)

Los trayectos en coche son interesantes y algo deprimentes, las entrañas del monstruo son polvorientas y están pobladas de una curiosa infraestructura gigante y mínima a ratos, pero siempre llena de contrastes, tierra de ricos (los menos) y de pobres (los más).

Parado en un semáforo cruzo la mirada con una niña de no más de 8 o 9 años, me mira con curiosidad y ofrece flores, escarba en mis ojos hasta hacerme sentir incomodo, parece ver dentro de mi, mis vergüenzas, todo lo que llevo dentro y que su realidad ahora pone en relieve… poco antes de reanudar la marcha me sonríe, casi sin sonreír, y me despide con su mano vestida de colores, no puedo evitar mirar por el retrovisor para verla saltar sobre la acera y recogerse a si misma en un abrazo a sus rodillas a la espera de que el semáforo vuelva a detener a los vehículos que traen clientes a los que vender sus claveles naranjas.

(…)

Lo que más me sorprende de la India son sus habitantes; son atentos y su propia cultura los hace ser tan hospitalarios como curiosos, nunca tanta gente cocinó para mi sin apenas conocerme, por la simple gratitud de estar visitándoles y por la sola satisfacción de darme a conocer su cultura y gastronomía. Son curiosos hasta el punto de poder parecer irrespetuosos si no estás avisado pues quieren saber de ti, de tu país y de tus costumbres, y esto les lleva a preguntar cosas inverosímiles.

(…)

Desde la ventana del hotel veo como la ciudad combate con su luz la oscuridad de la noche sin luna ni estrellas, paso tiempo observando; es tarde o temprano según se mire, no sé si he dormido algo o pasado el rato en duermevela pero el inmenso ventanal parece una pantalla LED a través de la que veo un mundo inusualmente luminoso que recuerda a una vista panorámica y nocturna de blade runner.

Hemos estado en festivales hindúes, y me han hablado de más deidades de las que puedo recordar, historias de luchas fraticidas, de poder, de bondad y de venganza… mitología sagrada de quienes aun prestan atención a las cosas importantes e intenta sanar su alma.

(…)

Powai no duerme, podrían ser las 10 de la noche o las 4 de la madrugada, nada ha cambiado en las últimas horas y las calles son una tormenta de ruido y luz, desde la terraza en la que estamos sentados vemos el pasar continuo de gente y vehículos, coches, tuk tuks entrelazados en sonidos de claxon y luces de colores dándole forma a una serpiente infinita similar a una atracción de feria eterna y peligrosa. El tiempo pasa envuelto en una agradable conversación, pero entre tanta gente se tiene una extraña sensación de insignificancia, de desamparo existencial aturullado por el ruido y especiados olores. El camarero no termina de encajar que mi acompañante esté bebiendo alcohol, no es ilegal en absoluto, nos lo sirven, pero no debe estar socialmente bien visto que una mujer con el pelo suelto y un traje vaporoso se tome algo en una terraza sin darle importancia al hecho y a las miradas curiosas de su alrededor; no sabría decir la hora que es, aquí el tiempo no parece ser lineal…

Aquella noche, la india, el universo, se difuminaban entre el calor nocturno y el frescor onírico de la cerveza y la conversación; tengo la extraña sensación de no ser yo; y por un tiempo dejé de ser eso, yo,…  finalmente, a la sexta noche, rendido al entorno, rendido en las entrañas del monstruo y abandonado de mi mismo , dormí.

 

Poema a gáṅgā:

Vengo como huérfano a ti, mojado de amor.

Vengo sin refugio para ti, dador de descanso sagrado.

Vengo a ti como un hombre caído, el mejor de todos.

Vengo deshecho por la enfermedad a ti, el médico perfecto.

Vengo, mi corazón seco con sed, a ti, océano de vino dulce.

Haz conmigo lo que quieras.

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sábado, 9 de marzo de 2019

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Recuerda que no eres un arma arrojadiza, que no eres patrimonio de ninguna ideología, que tienes la capacidad de disentir, de estar fuera del "con nosotros o contra nosotros" que te intentan imponer... Que las cosas no tienen que ser blancas o negras, que las ideas no pertenecen a nadie y que una realidad, una aspiración, puede tener distintas lecturas, matices o detalles.

"Mis mujeres" quieren la igualdad de derechos, deberes y oportunidades. Son fuertes,valientes y trabajadoras; son inteligentes y saben poner cada cosa en su lugar y justa medida...no se sienten menos pero siempre pelean por màs.
Son defensa en retaguardia de las tradiciones y cultura de su pueblo sin pedir perdón por ello, y son, sin justificarse, la vanguardia al asalto del futuro y sus comunes aspiraciones.

Y así, sin pactos, conquistan su propio destino sin ser instrumentos al servicio de la eugenesia social orquestada por el globalismo y sus ideologias.
Adelante!





miércoles, 10 de octubre de 2018

Onoda no se rindió.


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Una vez acabada la II Guerra Mundial, el oficial del ejercito japones Hiro Onoda siguió la lucha por su cuenta, guerra de guerrillas que continuó en solitario hasta 1974 cuando se le consiguió convencer de que realmente su país se había rendido treinta años atrás. Treinta años sobreviviendo en la selva, cumpliendo con el que entendía como su deber; en parte, eso es Japón.

No conozco Japón. He leído mucho sobre aquello, novela, crónica e historia; he estado allí, pero no lo conozco. No puedes decir que conoces un lugar y a su gente por haber pasando allí unos días, o unas semanas... y menos aun si del lugar del que hablamos es Japón, un país cerrado en sí mismo y abierto al mismo tiempo. Abierto, abanderado de la globalización y el capitalismo, y cerrado en una cosmovisión que un occidental difícilmente puede llegar a entender. Materia, naturaleza y una mente desprovista de teología y de Dios. Un reducto donde se enfrentan o conviven la acelerada modernidad y la tradición más exquisita.

Los japoneses no son mejores ni peores que nosotros, Japón no es ni mejor ni peor que ninguna de nuestras naciones europeas; es distinta. En Japón puedes encontrar lo más hermoso y lo más aborrecible del presente, puedes encontrar cosas, ideas , comportamientos que envidiar y comportamientos que rechazar y ahí reside el encanto del lugar, en la incomprensión, en unas miradas esquivas y respetuosas, en la búsqueda de la perfección en cualquier aspecto de la vida, en la belleza del instante.
Japón es la niebla abrazando un templo montaña arriba, un metro abarrotado cerca de Shibuya, sacrificio, luz y ruido en el centro de Tokyo, 3 segundos de reverencia entre marido y mujer...

Pero, sea cómo sea, yo no conozco Japón, solo sé que a pesar de sí mismos están a la vanguardia y a la retaguardia de todo, defendiendo su propia esencia frente a sus enemigos;para bien o para mal Japón no se rinde, como no lo hizo Onoda; y yo sigo intentando aprender de lo que vi y lo que leo, con la esperanza de comprender algún día todo aquello que me cuesta interiorizar, porque, a fin de cuentas, no se trata de leer a Mishima sino de comprenderlo.




jueves, 16 de noviembre de 2017

Ser valiente.


Ser valiente es arriesgar tu tiempo y tu dinero sin más espectatíva que el trabajo duro y la incertidumbre segura; ser valiente es tener inquietudes y pelear por ellas.
Se valiente es tener miedo y aun así dar sonriente un golpe de timón, llevando por dentro lo que haya que llevar, viviendo lo soñado y lo que venga por soñar.

La imagen puede contener: personas sentadas, mesa, bebida, comida e interior

o en palabras de Kiplig:

"...Si arriesgas en un golpe, lleno de alegría,
las ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era..."

Muchas suerte camarada.


El suelo seco del confort social.


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Existe aversión hacia determinadas formas de vestir... porque hay una parte de la población que las identifica algo perverso o la mal entendida clase social.

Asumiendo que esto es una soberana memez, recuerdo la vez que oí hablar a grupo de personas donde uno de ellos iba un poco más "arreglado" con una americana de algodon puesta y otro de sus amigos le espetó: "a mi me daría verguenza ir así vestido..." y ya os digo yo que el chaval no era Cary Grant ni de lejos... Seguidamente dió un discurso sobre los valores, la política, el "ser de izquierdas"...  añadiendo que alguien que es de izquierdas no puede vestirse así...me quedé yo pensando que qué cojones tendrá que ver la ideología con la forma de vestir, este individuo que hablaba no debe haber visto un retrato de ningún precursor del pensamiento de izquierdas en su vida; a poco que hubiera cogido un libro de historia  o una enciclopedia podría haber visto que todo ese personal vestía con camisa y corbata, como hacía cualquier hijo de vecino adinerado o no.
Y te dirá "es que eran otros tiempos.. es que hoy en día..." ¿hoy en día qué?. Esto, como casi todo  esta sometido al juicio en plaza pública y a los estereotipos cerrados; si eres de derechas debes ser creyente, adinerado, taurino y vestirte así o asá, mientras que si eres de izquierdas debes ser ateo (anticlerical mejor dicho), animalista y llevar un pañuelo palestino los domingos... venga ya!! ¿no se puede ser  de izquierdas y creyente o de derechas y ateo o animalista? y esto claro, aceptando lo que la masa entiende por ser de derechas o de izquierdas sin diferenciar un pensamiento económico de uno social... en fin,.. nada nuevo bajo el sol.

El hecho es que admiro a quien no compra el paquete completo, a quien asume sus contradicciones y tiene posiciones encontradas y lo expone sin problema aunque se suponga que no es lo que debe pensar o decir; pero el caso es que aquí gusta el paquete completo, es más, muchos gustan de hablar de lo que ignoran, de opinar sin saber, sin base ni fundamento, porque es lo que va con su "rollito" de izquierdi-progre o de pijo-fachorra.

El vestir no te convierte en nada, pero si puede ser una carta de presentación. la excelencia no es una acción sino una actitud y  el cuidar los detalles en el aseo y el vestir no es más que una muestra de respeto hacia los demás y no un ejercicio de hedonismo.

Un buen ejemplo nos lo dan los Sapeurs del Congo, gente que entre las ruinas y el Africa más peligroso y absurdo cuida sus modales y trata de ofrecer la mejor versión de si mismos a la vez que defienden causas tan perdidas como el respeto y las oportunidades para sus mujeres; es fácil ser cool en Lóndres con la cartera llena, pero lo admirable es permanecer en pié cuando todo se desmorona en la cola del mundo, donde se compra y vende con sangre el mineral con el que se fabrica la pantalla de nuestro móvil.
Independientemente de lo discutible que pueda ser su elegancia en un sentido tradicional, es su actitud lo que les da valor, porque esta es una elegancia alegre y agresiva, de polvora, tabaco y fuego.

Así que chaval, no sé que ideología tendrán estos caballeros, pero seguro que si te vieran con lo que tú entiendes que debe ser la indumentaria de izquierdas, no te dirían "me daría verguenza ir así vestido" pues no están contaminados por prejuicios inoculados, tal vez te dirían "tio, seguro que puedes hacerlo mejor" y añadirían "Me gusta esa camisola que llevas... podría quedar bien con mi chaqueta gris...".



"Que vuelvan los dragones a volar para quemar la histórica indecencia"



sábado, 28 de enero de 2017

Drogas de diseño.

Posiblemente, dentro de dos o tres décadas el azúcar estará equiparada al tabaco o el alcohol nos parecerá demencial lo que hoy nos parece un consumo habitual.

Que el azúcar engancha es un hecho, que te puedes desenganchar es otro.
Un yogur de bebé lleva azúcar, ¿para qué necesita azúcar un bebé de meses? para nada, para sentar las bases de un consumo futuro, se acostumbrará a eso y se negará a comer el mismo alimento sin, al menos, esa cantidad de azúcar.

El azúcar ya mata en EEUU a más personas anualmente que el tabaco... y no se trata de evitar su consumo, se trata de reducirlo y el de todas las mierdas sobreazucaradas, sustituirla por edulcorantes naturales o suprimirla en casos determinados para conocer el sabor que tiene realmente algo.

Antonio Estrada es un fotógrafo que a través de su web intenta concienciar, de una forma muy visual, de la cantidad innecesaria que llevan la mayoría de los alimentos que consumimos:

www.sinazucar.org




Outsiders.



Cada mañana te levantas, desayunas y te pones el traje de outsider... todo lo que haces tiene su repercusión en tu entorno y los que te rodean. Con gestos, acciones y omisiones tratas de acercar tu mundo lo más posible a lo que consideras que debería ser el mundo.

Pero al final llegas a casa, te das cuenta que acabas de dejar dos móviles encima de la mesa, que luego vas a tener que trabajar con el portatil, que a través de la ventana la nube de polución sigue ahí, que convives en una ciudad con millones de personas, que tu mundo no está aquí y que probablemente encontrarlo va a costar...

Así que te quitas el traje, lo dejas en la percha, para mañana y le das un abrazo (nos comportamos y hacemos con nuestro tiempo libre lo que otros no saben, nos cuidamos mutuamente y respiramos fuera)...... y piensas que puedes intentar mejorar el mundo, pero no cambiarlo, y que quizá la belleza está en ser un "perdedor" a priori, en saber que aunque no haya solución seguís adelante en una suerte de valhalla donde, la derrota final estaba ya escrita, pero para todos era un honor pelear.




La flor.


El aeropuerto de Londres es un hormiguero, y sinceramente me agobia. Estoy leyendo, tomando un café esperando que a mi vuelo le den puerta en la pantalla y se me acerca Ana. Me tiende la mano, se presenta, y me dice algo que me desconcierta, "Te he hecho una foto".
Ana me ha hecho una foto furtiva y ahora viene a pedirme permiso para hacer lo que ya ha hecho... "siempre le pido permiso a la gente a la que le hago fotos para quedármelas, si lo pido antes la foto ya no es igual, claro...", Un poco desconcertado le pido que me enseñe la foto; mi vanidad se desinfla cuando veo una foto en blanco y negro de mis manos; no sé cómo se harán esas cosas pues no entiendo mucho de fotografía, pero se ven mis manos en primer plano  y el título del libro que sostienen mientras lo demás parece difuminarse; como digo, no entiendo de eso, pero la foto me gusta.
Se pide un café y se sienta a mi lado. Es extremeña y su acento no lo niega, es algo así cómo una moderna rural. Esta chica es más de campo que una amapola y esto contrasta con la argolla que cuelga de su nariz; viste como si fuera a ponerse a amontonar heno pero a amontonarlo con unos brazos completamente coloreados de calaveras, nubes y misticismo. Su vida está en el pueblo, pero ella quiso salir, lo que hace lo hace bastante bien, según me cuenta expone de vez en cuando en pequeñas galerías y en quince días lo hará en el east end donde dice creer que quedaría bien la foto que acaba de tirar.
A raíz de mi libro empieza a hablar de Steinbeck y Verne pasando, a un ritmo que me cuesta seguir, por los clásicos rusos...  lo cierto es que es agradable charlar con Ana y oír como trenza los fundamentos y motivos literarios de la literatura universal con el día a día de sus días. Reflexiona sobre la vida en las grandes ciudades y lo compara con su pueblo, este tema de conversación lo he propiciado yo claro; se debate entre una personalidad cosmopolita y el rechazo que le provoca la vida moderna, una vida moderna que, por su forma de ser y sus ideas campestres, la excluye. Reflexiona sobre la vida en general y sobre las contradicciones que encuentra entre sociedades dispares y mundos opuestos, no deja de parecer Alicia a través del espejo entre asfalto y cristal.
Dice no comprender del todo a los demás... ah! y su novio jacinto cuida cerdos, lo se porque también me enseñó fotos, de jacinto y de los cerdos.

Ana paga su café, se despide  y se marcha dando las gracias. "quizás me haga famosa con tu foto" me dice casi sin mirarme ya, "suerte" respondo, y la cruz tatuada que Ana lleva en el cuello desaparece en un mar de nucas y caras.

Me recordó a una canción pero no sabía a cual; hace poco me acordé y cierto es que Ana era como una flor que crece entre una maleza que la estrangula.
Mis manos quizás cuelgan en algún bar o galería de la capital inglesa, ojalá la vendiera y le dieran algo de dinero por ella, con eso pagaría el tiempo de espera que me quitó de encima y esta historia que contar.

".. y en los escaparates, detrás de los cristales se burlan de ella las flores artificiales, no necesitan aire, tampoco primavera, no necesitan agua ni nadie que las quiera. Entre el humo y el ruido, la gente se acelera, en este mar de gente es infeliz cualquiera, silbando melodías, aunque nadie la oiga soñando tonterías..."


Selección natural.




Entrenamiento de aves para la caza de drones.



lunes, 29 de agosto de 2016

Vivir deprisa.




"Instagram, twitter, Facebook.,."



Subtítulos habilitados en la barra de reproducción.


Recordatorio.



¿Cual es tu excusa, las agujas o que no tienes tiempo?

Dona sangre!




sábado, 27 de agosto de 2016

Ser o no ser.



Me cuesta reconocerlo pero hace unos días le hice una foto a la comida...

Ya es frecuente que andemos sin mirar por donde vamos y malgastemos gran parte de nuestro tiempo con el wasap y sus historias, pero la modernidad ha traspasado los limites de la propia temporalidad para instalarse en los del existencialismo; si no se fotografía y difunde, si no se cuenta en redes sociales, no ha pasado. Se hacen fotos a millares, no por el deseo de inmortalizar el recuerdo que queremos conservar sino por mostrarle al mundo que estamos allí, que lo hemos hecho, que existimos, que respiramos... para que los demás nos puedan ver y competir con ellos en "felicidad"... cuando esto parece solo reflejar la necesidad de autoconvencernos de lo felices que somos y la incapacidad de sentirnos seguros de nosotros mismos.

Una mañana luminosa vi a una chica parada en mitad de la calle con el mar a su espalda haciéndose un selfi; sonreía como si le fuera la vida en ello y yo creí que realmente estaba disfrutando de aquello, del mar, de la catedral, de miles de años de historia y la mañana tranquila...no había acabado de perder el movil la verticalidad cuando la sonrisa desapareció, se perdió con ojos tristes en el fondo del bolso donde acabó el aparato, No miró el mar, no miró la catedral, solo el suelo al caminar.

Así son las cosas ahora, difundir para existir, difundir para ser y parecer; y yo cada vez tengo más claro que, y esto no me hace mejor que a nadie, "no me interesa existir".

Estas últimas semanas he vivido también, he hecho cosas que muchos quisieran y tengo fotos,claro, que desde las paredes mi casa me recordarán la suerte que tengo; sin nadie con quien competir, sin nadie a quien rendirle cuentas.



Jaque al Rey.



Hace calor y entro al Mercadona del pueblo a buscar agua. En la puerta hay una pareja tirada junto a varios cascos de cerveza vacíos pidiendo dinero a todo el que entra, tienen allí sus mochilas, camisetas con mensajes socio-combativos y un aparente desprecio hacia la higiene que deben haber paseado por la noche de fiesta que se pegaron el día anterior. Al salir veo junto a la puerta, cerca de la  pareja, a un joven esperando. Veo que cuando alguna persona mayor sale con algo pesado él se ofrece a cargar con todo lo que puede; le veo acarrear varias bolsas y un par de garrafas de agua y llevarlas hasta el parking... ofrece lo que puede o lo que le dejan ofrecer, no pide limosna, parece no querer nada que el pueda ganar;hace mucho calor como decía y este hombre vuelve a su puesto, firme bajo el sol para ganar algo de dinero (en la entrada no hay sombra pero es por donde pasan los clientes); mientras, la entrañable pareja se arrastra y fuma a la sombra.
Que esto está mal montado, cierto, que hay quien nace alfil y quien nace peón, más que cierto, que hay cosas que cambiar, de acuerdo; pero ya te haya tocado ser torre, alfil o peón siempre estarás amenazado, y mientras unos deciden darse por vencidos antes de empezar, o dejar que las otras piezas les den cobertura, otros deciden pelear, avanzando, casilla a casilla, como ese peón negro que avanzaba silencioso, en la puerta de un mercado, buscando su oportunidad.



miércoles, 24 de agosto de 2016

Lenguaje laboral.




Know how = Conocimiento
portfolio = cartera de productos
Meeting = Reunión
Conference = Llamada
Manager = Director

...
etc
...
...

y así somos más globales, más actuales, todo es más cool, 2.0 y empresarial.

"y así de lejos esta el mundo de donde estoy yo, a solo un mal día."

F"ó"ck off!



miércoles, 6 de julio de 2016

La pluma y la espada.




"...decidles que os engendraron libres
y libres nacisteis
y que vuestras madres tristes
también libres os criaron."

                                                      Miguel de Cervantes.

viernes, 6 de mayo de 2016

Decrecer para "crecer".






Usted habla que no hay que crecer por crecer, igual que no hay que decrecer por decrecer, ¿en qué deberíamos crecer y en qué decrecer?
Hacer crecer la felicidad, mejorar la calidad del aire, poder beber agua natural potable, comer carne sana, que la gente pueda alojarse en condiciones aceptables… Vivimos en una sociedad del desperdicio que genera numerosos desechos, pero donde muchas de estas necesidades básicas no están satisfechas. Salir de la ideología del crecimiento supone una reducción del consumo europeo hasta alcanzar una huella ecológica sostenible, esto supone reducir en un 75% nuestro consumo de recursos naturales. Pero no somos nosotros los ciudadanos los que debemos reducir nuestro consumo final, sino el sistema. Por ejemplo, el 40% de la carne que se vende en los supermercados va a la basura sin ser consumida. Esto conlleva un desperdicio enorme y una alta huella ecológica. En un país como España, hasta el año 70 la huella ecológica era sostenible, y si todos hubiesen seguido viviendo como los españoles de aquel entonces tendríamos un mundo sostenible. Sucede que los españoles no han pasado a comer el triple de cantidad, sino el triple de mal. En la década de los 70 las vacas todavía se alimentaban de hierba pero ahora comen soja, que se produce en Brasil, quemando la selva amazónica; después es transportada 10.000 kilómetros, se mezcla con harina animal y se hacen piensos con los que las vacas se vuelven locas. Por tanto la huella ecológica de un kilo de ternera hoy supone 6 litros de petróleo, y pasa igual pasa con la ropa y con el resto de bienes. Vivimos en la sociedad de la obsolescencia programada, cuando en lugar de tirar deberíamos reparar y de esta forma podríamos decrecer sin reducir la satisfacción.

                                                                                                          SERGE LATOUCHE