sábado, 28 de enero de 2017

Outsiders.



Cada mañana te levantas, desayunas y te pones el traje de outsider... todo lo que haces tiene su repercusión en tu entorno y los que te rodean. Con gestos, acciones y omisiones tratas de acercar tu mundo lo más posible a lo que consideras que debería ser el mundo.

Pero al final llegas a casa, te das cuenta que acabas de dejar dos móviles encima de la mesa, que luego vas a tener que trabajar con el portatil, que a través de la ventana la nube de polución sigue ahí, que convives en una ciudad con millones de personas, que tu mundo no está aquí y que probablemente encontrarlo va a costar...

Así que te quitas el traje, lo dejas en la percha, para mañana y le das un abrazo (nos comportamos y hacemos con nuestro tiempo libre lo que otros no saben, nos cuidamos mutuamente y respiramos fuera)...... y piensas que puedes intentar mejorar el mundo, pero no cambiarlo, y que quizá la belleza está en ser un "perdedor" a priori, en saber que aunque no haya solución seguís adelante en una suerte de valhalla donde, la derrota final estaba ya escrita, pero para todos era un honor pelear.




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