domingo, 7 de marzo de 2021

No-Pensar

 


La capacidad de disentir se ve amenazada por la auto-imposición de lo políticamente correcto, nos censuramos a nosotros mismos hasta el punto de creer, en ocasiones, que lo que estamos pensando es incorrecto y que prácticamente debemos avergonzarnos de ello porque nos lo marcan los nuevos dogmas y el neo-puritanismo progresista de la modernidad, propietario de la verdad indiscutible y absoluta.

Ya en el siglo XIII Kant hablaba de hacer uso de nuestra razón para pensar por nosotros mismos y sacar nuestras propias conclusiones de la realidad, casi tres siglos después, lo que fue un avance durante la Ilustración parece verse en retroceso, pues nos alimentamos de ideas preconcebidas y definidas por otros. Pensamos en bloque y de forma polarizada “…si este dice esto yo tengo que pensar lo otro…” y así nos va… no hay ideas originales y por originales no quiero decir “creativas” ni alternativas, me refiero a ideas propias, da igual que hayan sido planteadas o no por otros antes, pero que sean propias al fin y al cabo, fruto de la reflexión, de haber pensado más de 5 segundos en algo. Si le preguntaras a cualquiera qué es la libertad por ejemplo, o la democracia… es posible que la inmensa mayoría, eso sí, tras soltar una definición torpe e inexacta hecha de retales, se diera cuenta de que es la primera vez en su vida que se lo plantea.

Twitter puede ser de las peores cosas que le ha pasado a la humanidad en la historia reciente y veloz de nuestros días ¿por qué? Porque las ideas no suelen ser simples y requieren un desarrollo, necesitan de una explicación al igual que rebatirlas un razonamiento… ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro para entender algo? Hoy no nos informamos para crearnos una opinión sólida, "mariposeamos" y nos cansamos pronto de leer aquí y allá, formamos una opinión leyendo renglones sueltos, frases fuera de contexto y armando un puzle sacado de distintos medios y herramientas, en muchos casos manipuladas a nuestro antojo, para respaldar nuestra posición y defender lo que queremos creer; da igual la verdad si podemos defender nuestra “verdad”. La culpa de esta forma anárquica e incompleta de informarnos no es más que el resultado de vivir deprisa, de querer saber de algo antes que los demás pero obviando la calidad del mensaje, de internet, de la falta de capacidad de atención y dedicación a algo, de Twitter… de un mensaje en 280 caracteres ¿qué puedes trasmitir con 280 caracteres? Pues eslóganes, ideas simplonas, insultos y odio… y ahí tienes la mezcla perfecta para que la mala intención y el analfabetismo galopante se den la mano y hagan de una idea ,que puede no ser mala en su concepto, algo despreciable que saca lo peor de cada uno, una lucha absurda por ver quién es el más ingenioso, el tuerto en un reino de ciegos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario